Existen lugares en los que el aire acondicionado es un factor de bienestar. Sin embargo, en la época estival, hay días en los que en cualquier parte se convierte más en una necesidad que en un capricho. Pero, en todo caso, al paso que llevamos parece que va a ser un lujo. Desde luego, ya es otro de los factores a tener en cuenta para el ahorro familiar, junto a la conexión a internet, la hipoteca o los carburantes para el coche.
Ahora, el Gobierno ha anunciado que a partir de 2014 el aire acondicionado se gravará con un nuevo impuesto que incrementará la factura hasta en 65 euros de media. Seguir indicaciones de ahorro, ayudará a reducir el coste económico y el consumo de energía.
La nueva tasa se llama Impuesto sobre los Gases Fluorados de Efecto Invernadero y entrará en vigor en 2014. Si la factura del aire acondicionado ya preocupaba lo suficiente al llegar el final del verano, desde el próximo año será algo que habrá que mirar todavía más. Llevar a cabo un uso racional de los sistemas de climatización nos permitirá reducir los gastos de este aparato, que es de los que más electricidad utiliza.
¿Qué debemos hacer para mantener las facturas a raya?:
1. Lo primero que se recomienda es la compra de un equipo de bajo consumo. Atender a la etiqueta energética (los de clase A son los de menor gasto) y comprobar si en la comunidad autónoma de residencia hay un Plan Renove para aparatos climatizadores será de agradecer para su bolsillo.
2. Consultar con un experto. Las personas que trabajan en el sector conocen cuáles son las necesidades de aire de cada casa. Influye el tamaño de la habitación, la orientación y cuáles son las necesidades de refrigeración que presenta la vivienda. Colocar el equipo en el lugar adecuado y realizar las recargas y la limpieza correctamente son también aspectos importantes.
3. Tratar de reducir lo máximo posible las rendijas de puertas y ventanas y mantener la habitación cerrada mientras se esté usando el climatizador.
4. Vigilar el termostato es una de las acciones que supone mayor ahorro. En verano, la temperatura ideal según el Instituto de la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) es de 26ºC. La humedad debe estar entre el 40 y el 60%. Además, que haya una temperatura de 12ºC de diferencia con la calle no es sano. Por cada grado que se baja se incrementa el gasto en un 8% más de electricidad.
5. Preparar el hogar para el calor. Es posible tener un ambiente más fresco instalando persianas, toldos o cortinas opacas, y manteniendo las habitaciones en penumbra. Ventilar a primeras horas de la mañana o a partir de las cuatro de la madrugada, cuando la temperatura exterior es más baja, ayuda también a refrigerar la vivienda.
Siguiendo estas sencillas recomendaciones conseguiremos que su aire acondicionado responda eficientemente a sus necesidades de temperatura agradable. A la vez, podremos moderar las cuotas del recibo de la luz.