A partir del 1 de junio de 2013, todos los edificios que se vendan o alquilen (durante más de 4 meses) tendrán que contar con su propia etiqueta energética; una escala que calificará la eficiencia energética del inmueble, de forma similar a como ya se hace con algunos electrodomésticos o el aire acondicionado. Los escaparates de las inmobiliarias ya no sólo mostrarán imágenes y precios de las casas, también mostrarán colores y letras: de la A a la G; del verde al rojo.
Pero ¿qué es la etiqueta energética de los edificios?
La etiqueta energética de los edificios es un documento que mostrará una calificación en una letra que variará de la A a la G y en unos colores que irán del verde al rojo. La valoración se hará en función del CO2 emitido por el consumo de energía de las instalaciones de calefacción, refrigeración, agua calienta sanitaria e iluminación del edificio en unas condiciones de uso determinadas.
El documento tendrá una validez de 10 años. Además de la información objetiva sobre sus características energéticas, el certificado deberá incluir recomendaciones para la mejora de la eficiencia energética del inmueble.
El objetivo de la medida es fomentar el ahorro y la eficiencia, así como que se pueda valorar y comparar los edificios, con el fin de favorecer la promoción de aquellos que tengan alta eficiencia y las inversiones en ahorro de energía.
Así, por ejemplo, un edificio con una clase de eficiencia energética B significará que tiene una reducción de emisiones de CO2 como consecuencia de un menor consumo de energía de entre el 35% y el 60% de las que tendría un edificio que cumpliera con los mínimos que fija el Código Técnico de la Edificación. Ese porcentaje de ahorro debería ser superior al 60% si la clase de eficiencia energética deseada fuera la máxima, la A.
Mediante esta información objetiva sobre las características energéticas del edificio se favorecerá una mayor transparencia del mercado inmobiliario y se fomentarán las inversiones en ahorro de energía, potenciando, así, la demanda de la calidad energética entre los compradores de viviendas.
¿Qué significa cada letra?
A: Ahorro del 45% o más del consumo energético
B: Ahorro 25-45% del consumo energético
C: Ahorro 10-25% del consumo energético
D: Consumo normal 10-25% de energía
E: Gasto del 0 al 10% de consumo energético
F: Gasto del 10 al 25% de consumo energético
G: Gasto de más del 25% de consumo energético
¿Cómo se consigue una etiqueta energética?
Para conseguir una etiqueta energética es necesario realizar la Certificación Energética del inmueble. La información de este certificado se resume en una etiqueta energética. Este proceso estudia las condiciones constructivas de una vivienda, su nivel de aislamiento, y sus instalaciones.
Los profesionales que puede realizar y firmar la certificación energética y, por tanto, dar la etiqueta, son ingenieros, ingenieros técnicos, arquitectos y arquitectos técnicos.
¿Quién tiene la obligatoriedad de conseguir la etiqueta energética?
El propietario del inmueble es el que tiene la responsabilidad de contratar la auditoria que realice la certificación energética y otorgue la etiqueta.
¿Por qué es obligatoria?
La etiqueta energética de edificios existentes es una norma que se aprobó según la transposición de la Directiva 2010/31/UE de la Unión Europea. El Real Decreto que lo hace efectivo es el R.D. 235/2013, de 5 de abril, por el que se aprueba el procedimiento básico para la certificación de la eficiencia energética de los edificios.
¿Cuánto cuesta?
El coste del certificado de eficiencia energética lo determinará el mercado. No existen tarifas oficiales para este trabajo, aunque su precio suele rondar entre los 200 y los 300 euros, dependiendo sobre todo del tamaño del inmueble a certificar